Dos velas sobre la mesa, incienso en el comedor.
Lluvia de primavera y tierra mojada.
Amapolas y petricor.
En mi encierro todo huele a ti.
Los armarios, los libreros, mi habitación.
Los lugares en donde estuviste, los lugares en los que no.
Los recuerdos, mis olvidos, el ramo de flores que nunca existió.
Si prendo el horno tal vez mi vida deje de oler a ti,
Si abro las ventanas,
desempolvo los estantes
Y enciendo cera roja en tu honor.
Tal vez así el café me deje de saber tanto a los dos.
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