16 segundos

16 segundos me toma pensar en ti cada mañana. 

Por 16 segundos soy libre, por 16 segundos soy yo otra vez.

Pero cuando finalmente acaban, tu recuerdo, o el recuerdo de tu recuerdo,

invade cada minúscula parte de mi vida. 

Ahora escribo para otros, me parece lo más justo,

porque por 16 segundos soy de alguien más,

soy mía, soy de él, aunque sea mentira. 

Por 16 segundos al día este amor ya no es amor,

incluso si cuando acaban sigue sin serlo. 

Mis sentimientos tienen un nombre que no conozco, 

es amor añejo, transmutado con alquimia, destilado una y otra vez,

hasta que el nombre amor le queda muy grande o muy pequeño. 

Todavía no lo sé. 

Debería haber una manera de renombrar al amor cada vez que pasa, o crece, o evoluciona, o se convierte en algo que no somos capaces ni de explicar ni de reconocer. 

Mi amor tiene tu nombre. 

Mi amor tiene tu apellido. 

Incluso si ya no es amor. 

Incluso si ya no sé lo que es. 

Tu amor ahora tiene su nombre,

Te toma 16 segundos pensar en ella cada vez que despiertas. 

Al menos que despiertes con ella. 

Cuando es así, son muchos menos.

Tal vez cinco, tal vez dos. 

Pero para mí siguen siendo 16.